767 RETRASADO

  Necesito desangrar mi mente en letras. La sangre fluye con fuerza, mis manos están nevadas y mi cabeza está en Venus.

  Pasan los minutos. Una banca parece ser el sitio ideal para divagar. A su alrededor, una mujer se encuentra con un hombre, por la forma de sus lóbulos, cejas y quijada casi puede apostar que son hermanos. Se dan un abrazo y ella rompe en llanto, inconsolable se reprime por la razón del encuentro y niega que esto pueda ser real. Una niña tambaleante camina apresurada, casi trastabillando, para darle un abrazo a su papá. Al verla, de sus manos caen las maletas y abre sus brazos a la vez que se encuclilla para recibirla. Sus ojos se llenan de lágrimas y la niña expresa un gran "te quiero". Un joven ve venir a una muchacha con maletas como de mudanza, de seguro solo fueron un par de días. La sonrisa se le dibuja en el rostro incansable y sus ojos se entrecierran. Se besan. Le regala flores.

  Y nuestro caballero sigue en la banca viendo todo, recapitula en su mente todo, una vista agridulce. Este joven también espera, su corazón late con fuerza, como un gong. Sus manos se ponen inquietas. El viaje se ha acabado pero antes de darlo por muerto hay algo de vida aún. Viendo hacia el frente, en el reflejo, reconoce una silueta. Si me preguntan, todo lo anterior puede irse al carajo, porque al fin de cuentas, todo es parte de la vida, no? Pero nuestra historia acaba de ponerse interesante. Aquí está la función estelar. Tercera llamada y comenzamos. Round one. Me entienden, no?El sonríe lo más disimulado que puede seguido de ponerse de pie para descubrirse torpe y tartamudo. Diablos! Pensaba que solo era al hablar por teléfono. Charlan un poco. Toman asiento.

  El la ve, busca sus ojos, los encuentra, los evade. Ella repite su fórmula, Aunque quizá lo niegue después. Entre tantos matices de emociones el piensa que el viaje, más allá del escenario, más allá de las tristezas, más allá de las alegrías, más allá de las tardanzas y apresuradas caminatas, más allá de todo ha valido la pena por esta ocasión por este preciso y precioso (¡vaya que sí!) momento. La vida está hecha de momentos, altibajos, de eso se trata. Este es una cumbre.