Objetivos

   ¿De qué se habla cuando la noche se despide? Del objeto del vivir de día. De eso y de los objetivos trazados. Y se busca encontrar alguien que haya trazado una constelación que se cruce con estas estrellas que voy a ir conquistando.

   Nos marchamos a alcanzar nuestras estrellas cada quien por su lado. Creíamos que no había otro modo. No sabíamos otra manera. Ignorábamos que si nos tomábamos de la mano podríamos ir visitando juntos las estelas predilectas. Ambos fuimos demasiado objetivos. A veces es bueno ser subjetivo. Los hubieras, se sirven mejor de manera subjetiva, apasionada y sin tanta regla. Pero condenamos nuestros sueños compartidos al hubiera y perdimos lo que hubiera sido. 

   Veíamos por el telescopio las estrellas que más nos gustaban. Las apuntábamos acá y las guardábamos allá. Dibujamos con ellas nuestro mapa estelar y finalizábamos siempre en campos lunares. Nos emocionó tanto ver cada ruta finalizada, pero qué fobia fue ver tan distinta la ruta tuya y la mía lado a lado. Cual si tu cielo y el mío fueran otros, pero, bonita, las estrellas son las mismas. Si quieres paramos allá y nos brincamos aquella que ni me gustaba tanto.  Al final, dejamos caer los mapas y guardamos silencio. Porque los enamorados de por sí son tontos pasionales, ahora agréguele usted el romance.  

  Échame una buena mirada, de esas que cambian rumbos. Ahora ven y mírame cumplir mis metas mientras yo festejo tus logros.

  Vamos por nuestros sueños sin ser tan objetivos. Vamos, mira que lindo vas cumpliendo tu vida. Vamos a alcanzar nuestras estrellas, tú las tuyas, yo las mías, pero terminemos siempre en la luna.