De la canasta de los cuentos olvidados: La vida en una caja
Tenía la caja vacía, a excepción del instructivo y la factura no tenía nada más relevante. Con la caja entre mis manos entré al cuarto de mis padres, ahí estaban ambos. Mi papá ya tenía el remplazo de "la cucaracha", otro celular indestructible que esta vez no me prestaría para nada.
—¿Ocupas esto? —dije refiriéndome a la caja como si no me importara.
—Si, lo quiero —dijo mi papá estirando la mano para recibirlo.
—¿Para qué lo quieres? —dije alejando la caja de mi papá.
—Quiero el instructivo —dijo.
—Pues te doy el instructivo —respondí.
—Quiere la cajita —replicó mi mamá—, siempre le han gustado.
—¡¿Por qué dices eso?! —inquirí.
—Porque siempre te han gustado las cajitas, desde chiquito guardas cositas en tus cajitas —respondió mamá.
No pude decir nada. Le di el instructivo a mi papá y fui a mi cuarto con la cajita entre mis dedos. Toda mi vida se resumía a mi pasión por las cajitas pensando que era algo tan íntimo y tan mío que nadie lo sabría, ahora mi mamá lo había puesto al descubierto tan fríamente que simplemente recolectar cajitas ya no tenía ningún sentido.
Limpié la cajita guardé un par de cosas en ellas y la puse junto con las demás. Mi vida estaba en una caja, mi secreto había sido revelado y la caja se había abierto, estaba expuesto mi secreto y dormí indefenso. "Ya no se pueden tener secretos" me decía mientras me enredaba en las cobijas abrazando mis almohadas. Ya no se en quien confiar, si uno no puede recolectar cajitas en secreto... guardando "cositas" personales en ellas... pensando que nadie sabe que tienes una obsesiva atracción por las cajitas y lo que guardas en ellas.
Me gustó esta frase: "Ya no se pueden tener secretos"
ResponderBorrarBuen cuento.
¿Sabes? Empezaré algo a partir de esa frase. Un afectuoso saludo estimado lector.
BorrarSuena como algo interesante, espero poder leerlo. Un saludo para ti también.
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