Dejarlos ganar

  Estoy en una lucha constante contra mis versiones oscuras. Algunos dicen que son los demonios que llevamos dentro. Sabemos qué pasaría si un día decidiéra parar de luchar. 

  Y se rodea la vida con gente y vivencias que te hacen querer seguir peleando la eterna batalla interna. Una guerra diaria que al ir a dormir se sabe si has ganado. Si concilio el sueño rápido y tranquilo, entonces lo he ganado. Y todos los que me rodean quieren que gane, bueno, la mayoría. Pero aquí se vuelve escalofriante: A veces me dan ganas de dejarlos ganar. Me he topado personas que me han puesto en una esquina, contra la miseria y la pérdida de mi dignidad a fin de que venzan quienes han querido y tomen el mando. 

   ¿Que si gano todos los días? Me encantaría decirte que sí. Conforme pasa la vida, los días en que gano van siendo más que los perdidos. Pero hay días en los que pierdo mis guerras y otros tantos en los que la lucha no es tanta, pero quisiera dejar de pelear y ver qué pasa con aquellas personas cuando me busquen la mirada y vean que he dejado de luchar, que he dejado que gane la oscuridad y que quien está ahora ya no los conoce. En algún rincón oscuro estaría mi fantasma de bondad sonriendo mientras ve directo al hueco de las cuencas de mis enemigos, mientras ellos empiezan a retroceder deseando que no sea demasiado tarde.