Vasija corazón

  Cuando uno nace trae una vasija con mucha vida adentro, pero más que vida tiene magia y todo lo que la ciencia no sabe explicar; la complejidad de vivir compacta en un envase de puras válvulas de hierro.

  Conforme va creciendo el propietario, aprende a desprenderse de esa vida a chorros y aventando magia de su vasija roja cada que puede. Y otros le ven allí pensando: "Mira toda esa magia derrochada". Anhelando poder tener esa chispa de nuevo.  Y es que al ir creciendo cada vez más se va cerrando esa válvula de magia de aquel frasco rojo que lleva dentro, llegando al punto de sellarse herméticamente. Solo el portador saca pizcas de magia aquí y otra pizca pasado mañana, pero ni pensar en hacerlo todos los días a todas horas como alguna vez lo hizo. 

  Y va por la vida con su vasija como envase de su magia bien apretada al pecho por aquello de que se le vaya a caer algo. Se aferra fuerte a sus ganas de no desperdiciarlo y decide solo sacar lo indiscutiblemente necesario. Saca vida por aquí y saca magia por allá, de vez en mes y cada vez un tramo más.

   Entonces esta persona se cruza con alguien digno a sus ojos de sostener su corazón vasija. Y se lo ofrece sin preguntar siquiera si lo desea. La otra persona entonces solo lo ve extrañado. Cómo estira sus manitas con el envase en sus palmas y una ilusionada risa que suena a esperanza. Inclina la cabeza y no logra entender lo que le está ofreciendo porque hace tiempo que no veía la magia tan pura ni la vida tan cerca y sin saber que hacer con el, decide rechazarlo. Pero ya es tarde, la persona no quiere tomarlo de vuelta y la otra no quiere aceptarlo. Cae la vasija corazón inevitable y próxima a estrellarse contra el suelo causando una grieta profunda e incurable. 

  Está parada allí observando el roto envase de magia frente a sí tratando de entender que ha hecho mal y no lo hace. Toma el trozo de su vasija corazón y examina la herida resonante, ha penetrado hasta el interior y ahora la magia podrá escaparse por esa grieta. 

  Seguirá caminando por la vida extremando precauciones. Apretando más fuerte su vasija corazón contra el pecho, pero inevitable caerá el amor por un costado por la grieta que se ha llevado su vasija corazón. Amando más porque ha sido rota, porque ya sabe lo que no se merece nadie. Y lo que derrame será tan real y puro como aquella cicatriz, ¿por qué qué tan real puede ser el amor de aquella persona que no le han roto el corazón? No lo sé, pero quienes llevan grietas en su vasija corazón dejan que se les fugue el amor y se les filtre la vida; saben amar de verdad.