Pautas para dar y recibir un abrazo.

   Este escrito de ninguna forma trata de afirmar que usted ignore el cómo realizar este sencillo acto de cariño. Sin embargo, he recopilado un par de lineas que quizá le puedan servir de guía para sacar el máximo provecho de todas las sensaciones y percepciones que se desprenden de dar un abrazo.

   Uno debe empezar mucho antes del entrelazo a desarrollar el abrazo. Verá, la intensidad, la duración, la presión aplicada, los gestos que acompañarán el momento, todo eso se va procesando desde mucho antes de siquiera mover los brazos. Esto se va platicando con uno mismo desde el instante en el que se sabe que se regalará un abrazo a alguien. Se determina todas las sensaciones que quiere transmitir con nuestros brazos y la presión hacia el pecho que le haremos a la persona en cuestión. Y no es algo rígido, como medido por unidades ni reglas, sino algo más volátil, es que a veces lo planeado queda muy corto a lo hecho. Esto último debido a la emoción del momento.

    Una vez allí, las cosas que uno piensa toman velocidad. Las razones y memorias se aceleran como ventanillas de un tren a toda máquina que va tan rápido que se difuminan en el enfoque de la visión y se vuelven un gran cúmulo de emociones que se mueve por los túneles de nuestros brazos. Sí, ya no importa mucho ningún plan, solo la emoción, intención y sensación de tener a esa persona en nuestros brazos. 

   Y ahora le tienes aquí. Estás llenándote de esa persona. Este abrazo ciertamente es una transferencia. Una transferencia donde a veces te cargas tú de lo que ella te da, otras veces tú eres quien debe de recargar al otro y en ocasiones se hace una equivalencia. Al final quieres que tengan tanta vida como tu la tienes; amor, pasión, felicidad, fuerza, agradecimiento, seguridad, empatía. Un entrelazo de generosidad para compartir. 

Algo lindo de los abrazos es que se pueden recetar para lo que sea necesario. 

   Cuando se termina el abrazo, en realidad, puede continuar con la mirada. Para determinar si fue suficiente o ir pensando en el próximo.