Posible y probable: un idilio.


 

"Es posible que funcione", eso me dijiste cuando nos despedimos. Y de manera estúpida ignoré lo que venía entre líneas: "Es posible niño, más la probabilidad se habla aparte". Y es que te embelesa el oído el ridículo optimismo del amor y lo romántico que a pesar de todo puede funcionar; es posible. 

En algún universo alterno estaremos tu y yo juntos. Podremos sortear los males de la vida, los malos días y las malas personas que quieren destruir esto que hemos encontrado y todo saldrá bien. Ahí viviremos felices con una linda historia de pasión y cosas buenas. Disfrutando los días soleados y luchando entre los días grises. Gozando tus veranos y arropando tus inviernos. Todo eso estará allí, donde siempre ha estado, en la posibilidad.

Tú siempre has sido la lógica que nos dice que quizá no, la fría verdad que a veces se erra, la realidad que me niego a aceptar, la verosímil conclusión de algo que ni siquiera ha acabado de empezar. Pero así te conocí y te aceptaba, te aceptaba a ti, pero no a tu modo de asumirnos. Esa forma de creernos irremediables finales.  

Yo me sabía soñador y romántico. Un pacífico luchador en aras de mantenernos, un protector de los sueños que nos faltaban por cumplir y un escritor de lo posible a menudo y casi siempre de lo imposible. A mí me gustaba pensar que lo posible era real aunque no lo viera. Creía en la ley inversa de Murphy, que si algo bueno puede pasar, va a pasar.

Tú eras tan distante que incluso alguien como yo, dudó que podría pasar. Pero como de costumbre, ganó el soñar. Un pie delante del otro y pude llegar a tu periferia. Tú me viste de una y me descifraste ingenuo, pero algo dentro de ti reconoció lo que estaba allí: un muy positivo quizás. Y en un segundo decidiste no marcharte de inmediato y observar mi pantomima conocida como algo similar a un cortejo. Ese quizá dentro tuyo creció un poquito más y lo intentaste, aunque dejaste claro que siempre ganaba la vida y que la vida es lo predecible y racional, pero sentías que tal vez en esta historia podría ganar lo pequeño, la fortuna y la posibilidad.

Y es que en el fondo todos somos unos optimistas irremediables deseando ser engañados. Y yo estando tan seguro de tener razón de intentar algo tan distante, te fui convenciendo y te tambaleé hasta tus adentros con mis ganas de querer. Cediste a las dudas y fuiste medio agarrando mis verdades. Pero cuando tu te ibas tomando con fuerza, yo iba soltandote en tu probabilidad. Estábamos en tierra infértil convenciéndonos que nuestros esfuerzos podrían salvar las ramas que estaban por caer, las mismas a las que te estabas tomando para no caer. 

Bailábamos un vals a destiempo entre los quizás. Tú empezaste a creer que lo probable a veces no sucede. A veces lo posible llega a ser plausible.  Y conforme avanzabamos más, yo empecé a convencerme que tú tenías razón, pero no la razón presente, sino la previa, aquella que te aconsejaba no tomar mi camino, ni el riesgo. Pero nos aferrábamos a nuestros ideales para no perder la esencia que en un principio nos dio inicio y ahora nos daba final.

Yo la posible vida y tú la más probable muerte. Y siempre que la vida sea posible vivirse, aunque sea más probable que mal termine, habrá que hacer lo primero con toda la gana sin importarnos mucho los pronósticos. 


Comentarios

  1. Ya extrañaba leerlo, como siempre nunca decepciona, buen trabajo

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  2. Anhelaba tu escrito, "el posible"que todos en algún momento de nuestra vida pasamos, como se sufre cuando solo se queda en "quizás", pero mientras tanto, en el transcurso de ese "posible" ¡que bellos momentos para almacenar como recuerdos! Gracias, me encanta leerte.

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    1. Nos fascina vivir soñando con las posibilidades. Gracias por leerme.

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  3. Siempre habrá una posibilidad para todo
    Esa es la esencia que nos distingue
    La esperanza en un corazón lleno de sueños y metas que enriquecen la vida
    Pues con un poco de ayuda superior o mucha
    Lo imposible puede volverse posible
    Gracias por compartir!!!

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  4. Creo que todos nos podemos identificar con tu escrito. Y la pregunta que queda al final es si vale la pena seguir aferrándote a las ramas un poco más o si simplemente las debes soltar.
    Muy bueno!

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    1. Es mejor no quedarse con preguntas. Muchas gracias apreciable lectora. Sigue leyendo, te mando un abrazo.

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  5. Cuando entiendes que posible y probable no son lo mismo y se sirven aparte es que estas madurando, puedes decidir ignorar esta verdad y quedarte con solo la optimista posibilidad, es mas romántica y por eso la mas aceptada, en ocasiones la escogemos a pesar que la probabilidad siempre está allí, viendo como la ignoramos por representar el realismo que siempre nos dice la verdad.

    Es bueno ser optimista, lo prefiero, pero nunca olvido mis probabilidades.

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    1. Como dijo un amigo: "Estás creciendo y crecer duele".


      Eso te deja pensando. Saludos y gracias por pasar aquí.

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